Del 2 de mayo a la guerra de la Independencia

Van Halen tuvo su bautismo de fuego en la famosa batalla de Trafalgar -1805-, como brigadier de la fragata Santa María Magdalena a las órdenes del almirante Gravina. La suerte no les acompañó y perdieron frente a las costas de Cádiz contra el almirante británico Horacio Nelson. 

Dos años más tarde, Juan Van Halen fue destinado a Madrid por el deseo de su padre, Antonio -jefe de división en la Secretaría de Marina- para estar cerca de su hijo. El levantamiento del 2 de mayo de 1808 le sorprendió allí mismo: fecha en la cual el pueblo de Madrid se encaró frente a las tropas de Napoleón Bonaparte con la intención de frenar la entrada de tropas francesas a la Península Ibérica tras en Tratado de Fontainebleau, 1807. 

El Levantamiento del 2 de mayo de 1808 fue el suceso que marcó el inicio de la Guerra de Independencia, que se prologaría hasta 1814. Tras la invasión de España por parte de Napoleón Bonaparte, que colocó a su hermano como rey, varios grupos de patriotas se rebelaron en la capital contra las tropas francesas. 

Con tan solo 20 años, Van Halen se situó activamente desde un primer momento en la capital contra los franceses. Según las crónicas, en los enfrentamientos iniciales de aquella jornada heroica, Van Halen animó y azuzó a los madrileños con su oratoria y soltura y, acompañado de su compañero y amigo íntimo de la Escuela Naval, José Heceta, capitaneó a un grupo de vecinos del barrio de Lavapiés. De allí pasó a El Parque de Artillería de Monteleón que se convirtió en uno de los escenarios más sangrientos de los sucesos del 2 de mayo. En aquella batalla, Van Halen fue herido en el hombro con una bayoneta y se vio obligado a refugiarse en casa de sus padres. Tras recuperarse, Juan Van Halen escapó hasta Galicia siedo perseguido por los franceses. Allí estuvo a punto de ser fusilado por el marical Soult. Aunque después se salvó por pasarse al servicio del rey José I. Sería un afrancesado por lealtad al nuevo rey.

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